Sus dedos aprietan mi garganta, me tiemblan las piernas y juro que puedo sentir cómo se estremece mi coño de placer alrededor de sus dedos.

Me dormí semidesnuda en el jardín y cuando desperté estabas aquí.

Y no sé por qué.

Coloco en el tocadiscos el disco de vinilo que me regalaste y mi pequeño piso se llena de los acordes de una guitarra que hace tiempo...

Tus ojos siguen el movimiento de mis dedos que recorren despacio mi jugoso sexo. Dulces ondas de placer nacen en mi vientre y se expanden...

Siento mi sexo hinchado, palpitante, casi no puedo contener mis manos que se agarran desesperadas al marco de la puerta. Una caricia,...